En los últimos meses FMSI ha iniciado una recaudación de fondos para la emergencia Siria en favor de los niños sin hogar de Afrin.
Ghazaleh huyó con su familia de Afrin, invadida por los turcos la primavera pasada, recorriendo 50 kilómetros para llegar a Alepo. Desde que estalló la guerra en Siria no ha podido estudiar y ahora vive con los suyos en una tienda de un campo de refugiados.
Su nombre significa gacela y en esta foto la vemos vestida con una camiseta roja junto con su familia, en compañía de Georges Sabé que lleva la típica camiseta azul. Por esta razón a los hermanos maristas se les llaman “maristas azules”. Ellos son los que no quisieron abandonar Siria, desde el comienzo del conflicto, se han quedado para proporcionar ayuda y esperanza a las miles de familias que huyen. La mamá de Ghazaleh le dice al hermano Sabé que le gustaría que sus hijos volvieran a estudiar, porque sólo entonces podrán ser independientes.
Los Hermanos Maristas brindan asistencia a los refugiados gracias al programa “Emergencia de Siria” apoyados por la Fundación Marista para la Solidaridad Internacional. Comida, agua potable, ropa y sobre todo acogida, educación y sostén a niños como Ghazaleh, que continúan llegando en gran número en condiciones desesperadas.
El Papa Francisco en Bari recordó esta interminable “noche de Oriente Medio en agonía”, donde la plaga de la guerra cobra víctimas entre la gente pobre, una plaga que puede ser curada desarraigando la pobreza. Pero sobre todo escuchando el “grito de los niños” y “secando sus lágrimas”, como están haciendo el hermano Sabé y los Maristas azules.
Fuente: https://www.cittanuova.it/costruire-la-pace-pane-acqua-medicine/