Los niños discapacitados de Nigeria se enfrentan a barreras culturales, económicas y sociales, tanto dentro como fuera del sistema educativo, que repercuten directa o indirectamente en su capacidad para recibir una educación de alta calidad, como, por ejemplo, la discriminación basada en la discapacidad, el estigma y las barreras de actitud; las ideas erróneas interiorizadas por las familias sobre la capacidad de aprendizaje de los niños. Las personas o los niños con discapacidad se encuentran entre la población vulnerable de la sociedad nigeriana. Se enfrentan a la estigmatización y corren el riesgo de quedarse atrás. Los indicadores sanitarios de Nigeria son de los peores del continente africano. 

Con el rápido crecimiento de su población y los problemas de desarrollo, el país arrastra los indicadores socioeconómicos de todo el continente africano. La consecución de los ODS -en particular el número 3 (buena salud y bienestar)- sigue siendo un reto. La pobreza sigue siendo generalizada, ya que el 53,5% de la población vive con menos de 1,9 dólares al día. UNICEF informó en un documento reciente que “las enfermedades infecciosas prevenibles o tratables como la malaria, la neumonía, la diarrea, el sarampión y el VIH/SIDA representan más del 70% del millón de muertes estimadas de menores de cinco años en Nigeria”. En el país hay una mezcla de problemas que incluyen la inaccesibilidad a la atención sanitaria de calidad, la falta de higiene, la malnutrición, la falta de acceso al agua potable, las malas infraestructuras sanitarias y la falta de personal sanitario suficiente. El presupuesto anual del Gobierno de Nigeria para el sector sanitario es del 4,17% del presupuesto nacional total, lo que equivale a solamente 5 dólares por persona al año. La mayoría de los padres no disponen de seguro médico y, cuando lo tienen, puede que no cubra los cuidados crónicos y a largo plazo de los niños. Esto expone a los padres a enormes costes de atención para sus hijos con discapacidad. 

Por lo tanto, una mezcla de estigma y cargas psicológicas y financieras se han combinado para impedir que muchos niños y adolescentes tengan la oportunidad de cualquier forma de intervención, ya sea médica o de servicios de educación especial, a pesar de la existencia de la ley federal que promete la igualdad de oportunidades para cada niño nigeriano.

OBJETIVOS DE PROYECTO:

Por todo ello, el proyecto de FMSI “Una nueva esperanza para Hopeville”, apoyado da uno de los principales donantes de FMSI, tiene un valor preventivo para los niños y jóvenes con discapacidades, para que tengan la oportunidad de completar todos los niveles de educación evitando la discriminación y el estigma. De hecho, los beneficiarios viven en el Centro, pero asisten a las escuelas secundarias y a los cursos de formación profesional en las cercanías con sus compañeros sin discapacidades, lo que ayuda a evitar la discriminación y el estigma social. El proyecto se está ejecutando en el Centro de Rehabilitación de Hopeville, situado en Uturu, y contribuirá a mejorar el respeto por las personas con discapacidad, a promover la participación significativa y el empoderamiento de las personas con discapacidad, a garantizar los derechos de los niños con discapacidad y la accesibilidad como un derecho humano fundamental, con especial atención a los ODS 4 y 10. Los 45 niños beneficiarios acogidos en el Centro Hopeville proceden de familias en condiciones de vulnerabilidad económica que no pueden atender sus necesidades educativas y sanitarias. 

Algunos de ellos son huérfanos, otros semihuérfanos e incluso los que tienen ambos padres siguen alojados en el centro porque la familia no puede atender las necesidades del niño. 

A largo plazo, gracias a la ejecución del proyecto, los beneficiarios podrán ser productivos y contribuir de forma significativa a la sociedad, así como fomentar la autoestima, la confianza en sí mismos y la autovaloración.

EL PROYECTO EN BREVE:

El objetivo principal de la propuesta es empoderar a los niños y jóvenes con discapacidad a través de la equidad en el acceso a una educación de calidad, con el fin de proporcionar a los beneficiarios las mismas oportunidades que sus compañeros y reducir el estigma.

EL PROYECTO EN NÚMEROS:

  • 91 beneficiarios directos
  • 400 beneficiarios indirectos
  • 1 centro de rehabilitación implicado
  • 1 programa de cambio de comportamiento para sensibilizar sobre los derechos y la protección de los niños con discapacidad, con el fin de promover la inclusión de la discapacidad
  • 1 curso de formación de profesores sobre el desarrollo de capacidades para aplicar eficazmente programas de educación inclusiva para niños y jóvenes con discapacidades
  • Compra de 20 sillas de ruedas
  • Compra de 30 pares de muletas
  • Compra de 6 ordenadores de sobremesa