El conflicto en Siria ha provocado la mayor crisis mundial de refugiados y desplazados de nuestro tiempo. En marzo de 2021 se cumplieron diez años del inicio del conflicto sirio, diez años en los que la vida de muchas personas se ha visto alterada. Además, la pandemia de COVID-19 ha trastornado la vida de las familias, sigue afectando a la salud mental de los jóvenes y empuja a más y más personas a la pobreza. Millones de sirios han huido a través de las fronteras, huyendo de las bombas y balas que han devastado sus hogares, más de 6,2 millones son desplazados internos y 5,6 millones son refugiados. Como consecuencia de la guerra, la educación de cientos de miles de niños se ha visto interrumpida y el acceso a la protección y a los servicios sanitarios -incluidas las vacunas rutinarias- se ha visto gravemente comprometido.  Los que más sufren esta situación son las personas que viven en condiciones económicas y sociales precarias y los grupos vulnerables, que han visto cómo se reducen drásticamente sus oportunidades de obtener ingresos de subsistencia o ayuda para cubrir sus necesidades básicas. Por no hablar de las condiciones de vida en los campos de refugiados de Siria, un intento de sobrevivir en condiciones de vida aún peores.

La situación general en Siria es, por tanto, muy complicada, especialmente en Alepo. La mayoría de los sirios, empobrecidos por diez años de guerra y la pandemia, ya no pueden llegar a fin de mes y alrededor del 90% de las personas viven por debajo del umbral de la pobreza y necesitan ayuda para sobrevivir.

OBJETIVO DEL PROYECTO:

Como parte de esta iniciativa, se distribuyeron dos tipos de cestas que incluían espaguetis, pasta de tomate, azúcar, aceite de oliva, aceite de cocina, mantequilla y queso. Se distribuyeron cestas más grandes a las familias numerosas con muchos niños.

Desde el comienzo de la guerra, los Maristas Azules han llevado a cabo 15 programas, algunos de ayuda y otros de desarrollo y educación, y han ampliado su alcance para incluir, además de las familias más pobres, a cientos de familias cristianas y musulmanas desplazadas. Se encargan de la gestión del proyecto y son responsables de la ejecución de las actividades planificadas y de proporcionar los recursos necesarios. FMSI tiene más de 14 años de experiencia trabajando en el campo de la Solidaridad Internacional e, inspirada en la espiritualidad marista y en el carisma de San Marcelino Champagnat, seguirá apoyando a los Maristas Azules en la realización de proyectos que puedan ayudar a las familias y a las personas que viven en circunstancias difíciles.

EL PROYECTO EN BREVE:

La pandemia hizo que las condiciones de vida se deterioraran muy rápidamente, en un país donde el 90% de la población vive en la pobreza. El proyecto “Alimentar a los niños” fue financiado por Misean Cara y permitió organizar una distribución de paquetes de alimentos para 1.000 familias de Alepo, seleccionadas entre las más vulnerables y necesitadas: familias desplazadas, familias extensas con muchos hijos, viudas y huérfanos.

EL PROYECTO EN NÚMEROS:

  • 1.000 familias recibieron cestas de alimentos
  • 4.800 beneficiarios