En 1945 nació oficialmente la organización “Naciones Unidas”. Una organización que ya se estuvo fraguando en años anteriores. La Segunda Guerra Mundial estaba terminando, y muchos países descubrían la necesidad de buscar la paz. Una paz que fuera duradera.

En aquel ya lejano año de 1945 un grupo de 50 países se reunieron para redactar la Carta de la ONU, por la que los países firmantes entraban a formar parte de esta organización, con el principal objetivo de evitar que otra guerra mundial se pudiera producir.

Todos conocemos cómo las Naciones Unidas, durante todos estos años, se han empeñado en trabajar para mantener la paz, la seguridad, brindar ayuda humanitaria, proteger los derechos.

En los últimos años, además, las Naciones Unidas promueven también el cuidado de nuestro planeta, en este caso a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para 2030. No solo se quiere asegurar la paz, la seguridad y los derechos de todas las personas, sino que también se quiere cuidar el planeta, para así cuidar también a quienes más sufren las consecuencias del cambio climático.

Como Maristas de Champagnat, también nosotros estamos presentes en las Naciones Unidas, a través de FMSI. FMSI obtuvo la certificación ECOSOC que permite tener voz en la ONU por medio de varios mecanismos de participación: Elaboración de EPU, participación en el Día de Debate General, participación en el Consejo de Derechos Humanos…Esta posibilidad, además, nos está permitiendo hacernos presentes en varios grupos de reflexión y defensoría de derechos a nivel regional y en diferentes países.

Muchas laicas, laicos y hermanos se encuentran trabajando en favor de los Derechos Humanos, especialmente de los Derechos del Niño. Se han establecido alianzas con otras organizaciones, de la sociedad civil y de la Iglesia, que facilitan mayor presencia en los ámbitos de defensa de derechos, además de aportar un mayor peso a nuestros postulados.

FMSI y el Secretariado de Solidaridad, así como la Administración General, estamos comprometidos en seguir trabajando en la defensa de los Derechos Humanos, particularmente de los niños y jóvenes. A tal efecto se desarrollan proyectos que combinan la acción política a nivel de las Naciones Unidas y acciones concretas en alguno de los países con presencia Marista. Son interesantes, en este sentido, los proyectos de Papúa Nueva Guinea y el de Bolivia que se encuentran en pleno desarrollo en estos momentos.

Las Naciones Unidas, y los mecanismos de participación que ofrecen, nos ayudan a dar pasos en aquello que nos pedía el último Capítulo General, creando puentes, fortaleciendo nuestro SER familia global, desde el firme compromiso “en la promoción y defensa de los derechos de los niños”.

En la ONU tenemos la oportunidad de seguir trabajando en favor de los niños y jóvenes más necesitados de nuestro mundo, defendiendo sus derechos, promoviendo la dignidad de cada persona y el cuidado de nuestra casa común.

Gracias a todos los hermanos, laicas y laicos que ya estáis comprometidos en vuestra vida y misión.


H. Ángel Diego García Otaola – Director del Secretariado de Solidaridad

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