Un año después del gran éxodo, un triste balance es el de los niños Rohinga que lograron escapar a Bangladesh después de la violencia sufrida en Myanmar. Uno de cada dos ha quedado huérfano y ha visto cómo mataban a su familia.

Ahora en el campamento de Cox’s Bazar, entre las muchas dificultades de la falta de alimentos y cuidados, se han creado espacios para estos niños desesperados y traumatizados, atendidos por psicólogos y asistentes.

Para que puedan escapar de la trata de personas y encontrar su infancia perdida de nuevo. El FMSI ha ayudado a apoyar estas operaciones de rescate y cuidado.

Apoya nuestro trabajo para salvaguardar los derechos de los niños, ayuda a esta humanidad herida y abandonada.

 

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