Desde hace 15 años, juntos, por el bien de los niños

Francesco Mastrorosa Project Administration Officer de FMSI

Acababa de terminar en 2013 mis más de 40 años de experiencia profesional al servicio del Estado cuando tuve la oportunidad de conocer a los Hermanos Maristas y su Fundación (FMSI). Me enamoré inmediatamente de ellos y me di cuenta de que aún podía hacer mi propia contribución por el bien de los niños o, más generalmente, por el bien de los más necesitados.     

Así fue como empecé a trabajar para FMSI, aprovechando los conocimientos y habilidades que había adquirido en mi vida laboral anterior. Me preocupé por cómo beneficiar a las comunidades maristas que necesitaban apoyo de forma rápida y eficaz. Durante estos años he conocido a los Hermanos y he conocido realidades inimaginables. He tocado las condiciones de vida de personas que “se contentan o se contentarían” con niveles de vida restrictivos muy alejados de los que nosotros, el mundo occidental, experimentamos habitualmente. FMSI, sólo por razones de prioridad, dirige su atención a los niños, a quienes a menudo se les niega la infancia. Siguiendo la idea de su fundador (Marcelino Champagnat) y en el marco de las iniciativas de solidaridad, FMSI apoya a las comunidades más necesitadas en materia de promoción social y de elevación del nivel de la cultura como motor y fundamento de un auténtico desarrollo.

En el marco de las responsabilidades de FMSI, también he tenido la suerte de poder elegir el área de mi interés para ser proactivo y poder encajar más fácilmente: el diseño de infraestructuras adecuadas para aumentar las capacidades educativas de nuestras comunidades. Estas son, en general, mis competencias.   

Así es como he tenido la carga y el honor de ver construir escuelas en Madagascar, Haití, Mozambique, Ghana, Timor Oriental, Bangladesh, Líbano, así como la renovación o ampliación de las infraestructuras educativas existentes en muchos otros países.

Estas infraestructuras se complementan con la encomiable labor de los Hermanos presentes en cada una de las comunidades afectadas, que con su carisma y sacrificio optimizan los recursos puestos a su disposición.

Una gran gratificación para mí, en cambio, es percibir de forma muy evidente cómo alguien, gracias a esa infraestructura, tendrá una posibilidad concreta de un futuro mejor.

Nuestro deseo es poder hacer cada vez más, ¡también con tu ayuda!

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