Es esencial y urgente para FMSI parar la violencia y la represión que afecta particularmente a niños y jóvenes que viven en la República de Nicaragua.
La Fundación Marista para la Solidaridad Internacional (FMSI) es una organización no gubernamental con estatus consultivo en las Naciones Unidas. Está vinculado a la obra y misión de los hermanos maristas que trabajan en 80 países del mundo en apoyo a la vida y al desarrollo de los niños y adolescentes.
Frente a la grave crisis que ya ha durado más de tres meses en Nicaragua, habíamos declarado ante el público:
- Nuestra solidaridad al dolor del pueblo nicaragüense por la pérdida de más de 300 vidas. Expresamos nuestra condolencia a las familias de estas personas. Resulta desconcertante que la inmensa mayoría de estas muertes fueran causadas por el uso excesivo del poder estatal, por medio de grupos paramilitares. Pedimos que la violencia y la represión cesen inmediatamente.
- Deploramos, especialmente, la muerte de 28 niños y adolescentes entre el 18 de abril y el 2 de julio. La mayor parte de estas muertes fueron causadas por impacto de proyectil en la cabeza, el cuello y el pecho, factores que indican la gravedad de la violencia de grupos represivos.
- Denunciamos la persecución política y la detención ilegal de jóvenes y personas que se han manifestado en contra del gobierno. La Comisión Interamericana de derechos humanos (CIDH) ha documentado detenciones arbitrarias de menores. Pedimos a las autoridades que los liberen de inmediato, porque nadie puede ser condenado por ejercer su derecho a la libertad de opinión y a la manifestación pacífica, incluido en la Constitución de Nicaragua. Y pedimos que, en caso de que haya evidencia para acusarlos de actuar contra la ley, se garanticen el proceso correcto y el respeto por su integridad física.
- Condenamos los ataques sufridos por los miembros de la iglesia católica, dirigidos especialmente contra los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y contra el nuncio apostólico. También condenamos el hecho de que han sido informados de que son desacreditados en su papel de mediadores. Estas situaciones pretenden obstaculizar su papel de mediadores y testigos del diálogo nacional y, en lugar de contribuir a la solución del conflicto, lo profundizan. Expresamos nuestro pleno apoyo a los obispos y los animamos a que continúen en su compromiso con el Evangelio y la vida del pueblo nicaragüense.
- Exhortamos al Gobierno a que reanude el diálogo nacional como único caso en el que se puede encontrar una solución pacífica a esta crisis. Pretender que no hay nada que cambiar y encerrarse en actitudes inflexibles son posiciones que no responden a la situación que se vive actualmente y empujan a una confrontación violenta aún mayor.
- Es necesario respetar las recomendaciones de la CIDH y apoyar la labor del mecanismo de control especial para Nicaragua (MESENI) y del Grupo Interdisciplinario de expertos independientes (IMCI). Esto garantizará procesos transparentes que conducirán a una solución pacífica y justa a la crisis actual en el país.
Como maristas reafirmamos, desde nuestra misión de educadores, nuestro deseo y nuestro firme compromiso con la paz, la justicia y los derechos humanos, especialmente de los niños y jóvenes de Nicaragua.
Encomendamos al Dios de la vida las más profundas aspiraciones del pueblo nicaragüense. Oramos para que, por su infinita Misericordia, la justicia y la paz prevalezcan en la Tierra. María, Madre y Patrona de Nicaragua, interceda ante su Divino Hijo por todos los que sufren en este momento.