Niños, Niñas y Jóvenes en la Primera Línea
Escuchando 1.223 voces jóvenes en 12 países a través del proceso del EPU
Este año, FMSI y el Secretariado Marista de Solidaridad – CMI presentaron doce informes en el marco del Examen Periódico Universal (EPU) para Liberia, Malaui, Honduras, Estados Unidos, Líbano, Ruanda, Australia, Mozambique, Bélgica, Islas Salomón, Singapur y Paraguay — y cada uno de ellos fue redactado con niños, niñas y jóvenes, no solo sobre ellos. Al preparar estos informes, escuchamos e involucramos las voces de 1.223 niños, niñas y jóvenes, desde África hasta Oceanía, desde las Américas hasta Asia. Esta sencilla decisión lo cambió todo: las preguntas que hicimos, las historias que escuchamos y las recomendaciones que formulamos.
Desde las aulas hasta las actividades comunitarias, desde los grupos vespertinos hasta los encuentros individuales, creamos espacios seguros donde niños y niñas pudieran expresarse con sus propias palabras. Nos contaron que los hace sentir seguros, que obstaculiza su camino y qué les da esperanza. Hablaron de los largos trayectos en autobús y de las tasas escolares que hacen que la educación sea más difícil de lo que debería ser. Describieron el acoso escolar —en el patio y en línea—. Hablaron de los documentos, del estrés de los exámenes, de la necesidad de comidas nutritivas, de espacios de juego seguros y de docentes con tiempo para escucharlos. Expresaron su preocupación por el clima y el futuro. Pero también hablaron de la amistad, del valor y de las pequeñas victorias que les ayudan a seguir adelante.
Lo que hace únicos estos 12 informes es la forma en que fueron elaborados. En primer lugar, invitamos a los niños y niñas a hablar libremente sobre los problemas que enfrentan y los cambios que desean ver en su país. Luego, construimos el informe en torno a sus prioridades, agrupando los temas con sus propias palabras, utilizando sus ejemplos y transformándolos en recomendaciones claras. Es una conversación que cambia el resultado.
Los niños y niñas no necesitan un asiento más grande en la mesa: necesitan tener voz sobre lo que hay en ella.
¿Qué escuchamos?
- La escuela debe ser accesible. Las cuotas, los uniformes, el transporte y la distancia son barreras reales.
- La seguridad es más que una puerta cerrada. Es protección contra la violencia, el acoso, la explotación y los riesgos en línea —y adultos de confianza que actúan cuando algo está mal.
- La salud y el bienestar importan. El apoyo a la salud mental, las aulas inclusivas y los servicios dignos para niños y niñas con discapacidades marcan la diferencia día a día.
- Los documentos son poder. Sin la documentación adecuada, los niños y niñas quedan fuera —no pueden matricularse en la escuela, acceder a servicios ni sentirse plenamente reconocidos.
- El medio ambiente forma parte de la infancia. Las inundaciones, el calor, la contaminación y la degradación del suelo no son ideas abstractas: determinan si un niño puede aprender, jugar o mantenerse sano.
Cuando los niños y niñas son escuchados, las políticas se acercan más a la verdad de la vida cotidiana. Las recomendaciones se vuelven más prácticas, más humanas y más difíciles de ignorar. El EPU es un proceso formal de las Naciones Unidas, pero detrás de cada párrafo hay un niño o una niña que camina demasiado para llegar a la escuela, o un adolescente que se pregunta si su opinión cuenta. Estos 12 informes transforman esa realidad vivida en demandas concretas — para que los gobiernos e instituciones puedan actuar.
A los numerosos estudiantes, docentes, padres y comunidades Maristas que crearon espacio para la escucha: gracias. Nos recordaron que la participación no es un favor que concedemos — es un derecho que defendemos. Su tiempo, su confianza y su sinceridad fortalecieron cada página que presentamos.
Sé parte del próximo capítulo: si eres docente, líder comunitario o socio que desea incorporar las voces de los niños al trabajo de derechos humanos, nos encantaría colaborar.
Juntos podemos asegurar que las salas donde se toman decisiones sean lugares donde los niños y niñas sean escuchados.
FMSI y el Secretariado Marista de Solidaridad – CMI siguen comprometidos con una labor de incidencia que comienza por la escucha
