“Mi trabajo, nuestro trabajo aquí, es dar tranquilidad y seguridad a niños, niñas y personas en circunstancias vulnerables”. Hno. George Sabé, Hermano Marista que trabaja en Alepo.
Cuando en 2011 empezó la guerra en Siria pedí al Hermano Provincial de permitirme volver a Alepo, mi ciudad natal, para estar cerca de la población. Inspirados por el Carisma Marista, con una pareja siria hemos fundado los Maristas Azules. Teníamos como misión principal de no quedarse los brazos cruzados frente a la horrible situación de las personas desplazadas y más vulnerables sembrando esperanza.
Desde 2011 hasta hoy, la población siria ha sufrido la guerra, el Covid 19 y las sanciones occidentales. Sufrir quiere decir escuelas bombardeadas, falta de trabajo, pobreza extrema, emigración de los jóvenes, desplazamiento de millones de personas fuera o dentro del País, destrucción de edificios y pueblos enteros. A veces es cortar completamente el agua durante meses y meses, es racionar la electricidad hasta dos horas por día. La lista se alarga más y más. Pasamos de una población productora a una población en necesidad, una población que, en mayoría, es bajo el nivel de pobreza. Hay que añadir a todo eso, la situación psicológica y especialmente la pérdida del sentido.
La respuesta de los Maristas ha sido energética, rápida y eficiente. Nuestro principio era muy evidente desde los primeros días de la guerra: escuchar el sufrimiento de la población y ayudar a las familias en situación más vulnerable. La antifragilidad, para mí, ha sido afrontar estas dificultades junto con mi gente y mi comunidad, intentando, unidos, mejorar nuestras condiciones de vida, tanto físicamente como mentalmente. Lo más importante es aportar un poco de luz a estas situaciones dramáticas. Lo importante es ofrecer esperanza en medio de la oscuridad psicológica, humana y económica que vive mi pueblo. La gente está sufriendo mucho, tenemos que aportar luz tras este trauma.
“Mi tarea, nuestra tarea, aquí en Alepo, es dar tranquilidad y seguridad a los niños, a las niñas y a las personas en situación de vulnerabilidad”. Los Maristas Azules son 150 jóvenes voluntarios y voluntarias que actúan en diversos programas: educación, desarrollo, urgencias y apoyo psicológico. Desde el principio, hemos pensado que había que preparar el futuro: un futuro de paz y de non violencia y creemos que la educación es el medio para llegar al respeto al otro diferente y resolver las diferencias sin violencia. Preparar el futuro es tener un empleo que permita a la persona humana de vivir dignamente y ganar su propia vida y participar en la reconstrucción económica del País. Preparar el futuro es aportar un apoyo a los jóvenes y adultos con traumas para tener una salud metal equilibrada. Así nació el proyecto SEEDS (Support Emotional Expression Development Skills), un nombre que resume la misión Marista en Alepo: apoyar el desarrollo emocional de la población afectada por el conflicto armado.
Toda nuestra acción nace de nuestro corazón, Queremos aportar paz y esperanza. Queremos que el futuro sea humano, sin prejuicios.