Cada 10 de diciembre se celebra el “Día de los Derechos Humanos”. En este día, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió adoptar la Declaración Universal de Derechos Humanos. La naciente organización de la ONU, aún profundamente golpeada por el horror de la guerra, decide dar un paso al frente. Nos encontramos ante uno de los documentos más ampliamente traducido y publicado a lo largo de toda la historia. Sabemos que esta Declaración no es un documento vinculante, si bien constituye el marco internacional donde se asientan diferentes instrumentos de defensoría de derechos.
Como Maristas de Champagnat, también nosotros, hoy, queremos unirnos a esta celebración. Queremos seguir aportando nuestro granito de arena para que todo ser humano cuente con igualdad de derechos. Queremos seguir trabajando para que todos nuestros niños y niñas crezcan, en cualquier parte del mundo, conscientes de sus derechos. Queremos seguir desarrollando iniciativas que se pongan de parte de los más necesitados a la hora de defender sus derechos.
Cuando hablamos de “Derechos Humanos” nos referimos a un conjunto de derechos que son INALIENABLES, y que pertenecen a TODOS los seres humanos. Estos derechos no dependen del sexo, nacionalidad, etnia, religión… de la persona. Queremos que los derechos humanos sean “realmente” universales e iguales para todos. El papa Francisco, en la encíclica Fratelli Tutti, nos interpela para la defensa cierta de los derechos humanos. Nosotros, Maristas, queremos unirnos a esta propuesta.
Para la celebración de este año 2021, las Naciones Unidas proponen el lema “Igualdad”. La igualdad está en el centro de todos los derechos, protegiendo de manera particular a quienes son más vulnerables (niños, mujeres, indígenas, migrantes…). Cabe destacar, también, que esta celebración se quiere unir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyendo la justicia climática.
Pero no hablamos sólo de celebración, hablamos también de compromiso concreto, de acción práctica, de responsabilidad compartida. Nuestras obras educativas, y nuestras comunidades y familias, son espacios privilegiados para seguir caminando. Nuestra voluntad decidida por mejorar nuestro mundo nos lleva a unirnos a otros, trabajando en red, para así llegar más lejos y ser más efectivos.
Nos mueve el compromiso decidido por la promoción y defensa de los derechos, como nos recuerda la quinta llamada del XXII Capítulo General. Y este compromiso nos impulsa a implementar políticas de protección, de defensa y de promoción de derechos, especialmente entre los niños y jóvenes más vulnerables.
En este tiempo de pandemia, que seguimos viviendo en diferentes grados, continuamos apostando por la reflexión y por la acción, por avanzar juntos, trabajando en red. Es mucho lo que ya se está haciendo, y es mucho lo que podemos seguir haciendo. Tenemos cientos de experiencias concretas, en escuelas y obras sociales, en comunidades y familias, en grupos de jóvenes y adultos, que así nos lo muestran. Experiencias que cada vez vamos compartiendo más en nuestras páginas web, con otras Provincias y Regiones, con diversas instituciones. Experiencias de defensa de “derechos humanos” que nos acercan cada vez más a la gran “familia global” que queremos ser.
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- Ángel Diego, Director del Secretariado de Solidaridad